El Disfraz

DISFRACES

Lo que mostramos…

¿Realmente nos define?

Todos tenemos un cuerpo, un nombre y una identidad; sin embargo hay trastornos que generan una lucha, entre nuestra imagen interna y lo que verdaderamente somos, síntomas graves que pueden pasar inadvertidos mientras generan daño. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son padecimientos psicológicos que alteran la forma en que comemos y provocan tomar acciones desesperadas para controlar el peso, ambas generadas por una  preocupación irracional en torno a la autoimagen y los kilos que pesamos. 

Los estándares de belleza, estilos de crianza, vínculos y personalidad son clave para su aparición.

           Imagino lo doloroso que debe ser pensar todo el día en qué comerás y en cómo crees que te ves.

Katy tiene 14 años, padece anorexia nerviosa, es una estudiante sobresaliente, se define a sí misma como perfeccionista. Pasa gran parte de su día pensando qué comerá, cómo lo cocinará y los procesos para ingerirlo, lo que  implica tiempo y energía, dejándola agotada, y sin poder disfrutar de  los pocos alimentos que se permite comer. Al llegar la noche hacer 200 sentadillas  por un breve espacio de tiempo le  aligeran la angustia.

Lula cursa la carrera universitaria de sus sueños y ha comenzado a vivir con su novio,a quien considera la persona más importante en su vida. Buscando un estilo de vida  saludable, se autodefine vegana. Tiene dificultades para dormir, se levanta tarde, y come solo dos veces por dia, con una dieta basada en hongos y sopas. Una vez, después de una fuerte pelea con su novio e invadida por emociones intensas, tuvo un atracón, mismo que la llenó de culpa y vergüenza, en un intento por liberarse se provocó el vómito; cuando sensaciones y emociones la sobrepasan, se lastima. Lula padece desde que era adolescente Bulimia Purgativa y Cutting.

Fer ha lidiado con un molesto sobrepeso desde que era niña. La búsqueda del peso ideal la ha llevado a probar cuantas dietas te imagines. La historia se repite una y otra vez; arranca motivada decidida a lograrlo.

 “Vale la pena el sacrificio” se repite… bum.. ocurre algo que la rebasa, siente cosas y no logra negociarlo, entonces come sin conciencia, a un ritmo irracional que logra todo excepto disfrutar. Trastorno por Atracón.

Comportamientos dolorosos, lesivos física y emocionalmente.

Realidades difíciles de aceptar, echando mano de recursos que alivian temporalmente, encubriendo aspectos rechazados de nosotros  y de nuestra historia. Otras, que ocultas en algún lugar del inconsciente son difusas, sin identificarlas  no podemos  ponerles nombre.

Kati. Usa ropa holgada. Procura llevar  prenda sobre prenda. Cualquier actividad que signifique consumo calórico es suya; subir y bajar escaleras, ir por el mandado a pie, llevando puesta su sudadera en horas del día calurosas. Repasa el menú en busca del platillo fit del lugar, escudriña la comida antes de comer rastreando gorditos en la carne, confirmando los ingredientes. Comer lento, muy lento, después de haber cortado la carne en cubos casi perfectos. Evitará comer en público y situaciones donde la ingesta de alimentos pueda rebasar su capacidad de controlar los aspectos que describí. Notarás que frente a espejos o vidrios Kati parará unos segundos para reafirmar su figura a través del reflejo. Prefiere  la seguridad de su recámara más que la interacción social.

Lula. Frecuentemente abandona el lunch que había preparado, ha fijado en su mente otros alimentos. Busca razones para faltar o por lo menos para salir más temprano del trabajo,  permitiéndole así pasar a comprar esa comida que además pide para dos o más. La come a solas con su pijama acostumbrada, parará y llevará a cabo un ritual de purga en el baño procurando no dejar evidencias. En una situación social dará escapadas rápidas al baño mientras todos comparten la mesa.  Lula guarda en lugares específicos objetos con los que ha aprendido a lastimarse, algunos  inofensivos a la vista.

Fer. Ocupa más de la mitad de su closet con ropa que algún día le quedará. El resto son las prendas holgadas que usa todos los días. Entre las sábanas y en los rincones de sus cajones hay paquetes de comida chatarra. Encontrarás en su mochila y el closet empaques vacíos.  Esquiva situaciones en las que necesite comer en público o, por las tendencias de la ocasión, debe enfrentar la experiencia aterradora de probarse  vestidos y portarlos. Aprovecha idas y venidas para comprar y comer.

                 Formas de sortear la vida , enmascarando  aspectos dolorosamente enfermos que en la trampa,  aplazan el encontrarnos cara a cara con nuestras sombras, relacionadas a fragmentos de nuestra vida que quedaron ahí sin haber sido resueltos, generando síntomas rumiantes, que obsesionan y generan tanto sufrimiento que no queda más que actuar en el intento de aliviarnos un poco al menos, disfraces…  

Disfraces que siguen contando una mentira…

¿Cuál es el tuyo?

Piénsalo con afecto y cuando encuentres la respuesta, abrázala

… No todo está perdido.

El autoconocimiento es la respuesta. 

Tomemos conciencia de nuestra relación con la comida..

Aprender a afrontar la realidad, convivir cordialmente  con uno mismo y con el mundo. Hay tratamiento, podemos ayudarte.

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Yo padezco Bulimia a principio sentí que era una buena opción para mantener un buen peso o incluso bajar de peso y lo había de ves en cuando, comencé cuando tenía 19 ahora tengo 23 y aún sigo luchando encontra de este transtorno. Durante estos tres años a sido difícil y todas estas situaciones de chicas que leí me hicieron reflexionar que aún puedo luchar en encontra de Bulimia pero aceptarla antes que nada como algo parte de mi que aún no todo está perdido.

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    • Montserrat Rosas Hernandez. Gracias por compartir tu experiencia, que gusto saber que leer “el disfraz” te permite tomar conciencia sobre la posibilidad de sanar y vivir de manera distinta. Han sido 3 años complicados padeciendo bulimia y definitivamente habla también sobre tu fortaleza. Hay formas en las que puedes abordar la situación que te permitan aprender sobre el trastorno y desarrollar recursos para comenzar a vivir en armonía, desde la cordialidad con tu cuerpo y el autocuidado.

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  2. Mi nombre es Evelyn y padezco anorexia desde los 15 años ahora tengo 29 años, realmente es una lucha incansable, todos los días lo que hago es verme el estómago al espejo y hace poco tuve una recaída a causa de una relación que me dejó muy mal emocionalmente.
    Actualmente estudio la segunda carrera que es nutrición y me gustaría dedicarme especialmente en esta área ya que la conozco puesto que lo vivo todos los días, comer para sobrevivir no engordar pero no vivo atada todos los días a este trastorno 🥺

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    • Evelyn Cisneros. Buenos días y gracias por compartir con nosotros tu testimonio. Deseo estés mejor después de la última recaída, mi reconocimiento por la fuerza para continuar y buscar formas de aportar desde tu experiencia. Espero también abone a que sigas aprendiendo sobre tu propio proceso y a la búsqueda de recursos para tu salud integral.

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