Human Robot

Noviembre siempre ha sido un mes memorable en mi vida en cuanto a música se refiere, a veces por causalidad, en el caso de mis dos artistas favoritos, los cuales son Gustavo Cerati y Madonna, ya que es en esas fechas, que los astros del rock y el pop han logrado la armoniosa convergencia de darme el privilegio de compartir, por lo menos una hora y cuarenta y cinco minutos el mismo escenario.

Pero casi una década antes de esta alineación cósmica, la sintetización robótica llegó a mí, por mera casualidad…

Era un domingo como cualquiera, en el cual ya me había resignado a alejar de mi mente los pensamientos frustrantes, dependientes en ese entonces de una economía basada en el séptimo día, que me habían evitado siquiera pensar en acudir al concierto del año, resignado entonces, me reclui con unos amigos en el 4to piso en su departamento a alejar las emociones electrónicas que me abrumaban y llenaban de tristeza, encendamos el televisor, al fin y al cabo, este manda la nación…

Fué entonces, y recuerdo vívidamente la hora, 5:45pm, vibra mi entonces moderno sony ericsson naranja con radio integrado, la epítome de la telefonía móvil del 2007, casi tan tecnológico como el concierto al que sabía que no iba a poder acudir…

Tomo la llamada, un número desconocido…

¨¿Bueno…?¨

¨¡Wey! ¿Quieres ir al concierto de Daft Punk?

¨¡NO MAMES!, Wey no tengo nada de lana…

¨¿Quieres ir o no? Pasa por mí, tengo un boleto y no tengo como irme…¨

Lo único que pensé en ese nanosegundo fue Buy it, use it, break it, fix it, trash it, change it, mail, upgrade it, tomé las llaves de mi Cavalier verde mayate y me dirigí a recoger mi boleto y de paso a mi amigo, ahora mecenas,  para apresurarnos y atravesar toda la ciudad en menos de 40 minutos  para llegar al auditorio.

Con una velocidad digna de Interstellar llegamos al recinto, apenas alcanzamos a entrar, y una vez dentro, cervezas en mano y boleto patrocinado en la otra nos dirigimos a nuestros asientos.

Una vez más la casualidad estuvo a nuestro favor, ya que sugerí, dada la premura del acceso, que intentaramos ingresar por otra sección, más privilegiada, y poniendo cara de Superheroes nos dejaron entrar.

En el instante que entramos al auditorio se apagaron las luces y se encendieron los gritos, los cuales pronto fueron enardecidos por un par de cascos brillantes montados en una pirámide luminiscente enmarcada en un panal cibernético, mis ojos no estaban listos para lo que venía…

Antes de que se llegara este instante, habíamos tenido una preparación musical digna de un atleta olímpico que sabía que no iba a calificar pero que aún así daba su máximo esfuerzo para darlo todo en la pista, escuchando el disco una y otra vez, junto con el video que en aquel entonces había sido muy difícil de descargar, pero nosotros no teníamos pista, teníamos un auditorio, donde todos por igual, íbamos a ganar la medalla de oro. 

Las mejores cosas siempre llegan de manera inesperada, pero lo que vimos esa noche de noviembre fue por mucho, de los mejores conciertos a los que he ido en mi vida, una espectáculo de luces que solo podía ser comparado con la adrenalina colectiva que era manejada por dos robots humanoides que con un ligero sentido de ironía, controlaban a los humanos.

Nos llevaron alrededor del mundo, nos dieron gotas tecnológicas, nos dejaron tocarlos haciendo un corto circuito aerodinámico, para finalmente verlos cara a cara…

Pero como todo robot, ya se les terminó la batería, al parecer ya descontinuaron el cargador, pero al después de todo ellos, como nosotros al final, somos humanos, los ciclos terminan, así que celebremos una vez más, dándoles las gracias recordando estos 28 años diciendo que hay algo de nosotros que les tenemos que decir…

¿Cuál es su mejor recuerdo de Daft Punk?

El mío fue el domingo 4 de Noviembre del 2007, en Guadalajara.

Donde por casualidad, o causalidad, los tuve enfrente y pude bailar con ellos un poco de rock…

Robot rock.

El Tercer Millennial

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