Recuerdo aquel día, una pequeña Montserrat de dos años, emocionada por sus nuevas mascotas…

A lo lejos, el abuelo Darío caminando hacia mi casa con tres codornices regordetas y tiernas.

Sin duda, desde aquellos momentos con el abuelo Darío, supe que era lo que quería hacer por el resto de mi vida. 

Él siempre se encargó de fomentarme respeto a los animales y quitarme el miedo a ellos, que sin duda, ha sido de las mejores herencias que alguien pudo dejarme, el cuidado a esos seres tan nobles y agradecidos. 

Siempre he sentido mucho amor por los animales, además de que considero que tengo una conexión especial con ellos, en los años que tengo, jamás he sido atacada por uno, y he tenido contacto con distintas especies como: felinos grandes, aves, tiburones, rayas, cocodrilos, gallinas, vacas, etc…

Desde pequeña supe que podía surgir algo positivo de esa conexión tan profunda, que conforme fui creciendo, fui alimentándola en todos los aspectos, mi lugar favorito en el mundo, es el zoológico, lo que muchas personas no ven, es que lejos de ser “Prisiones” para los animales, podemos verlos como recintos de conservación, porque imaginen un mundo futuro, en el que ciertas especies ya no existan y solo queden nuestras memorias o fotografías de ellos. 

Conforme fui creciendo, me di cuenta de que todos en la tierra tenemos un por qué, por qué existimos, por qué estamos aquí.

Siempre he sido apasionada de la investigación y amante de la vida silvestre…

El día que tuve que elegir cuál sería mi vocación, tenía muchas dudas, hasta que todos mis seres cercanos coincidieron en que la Medicina Veterinaria era para mí, no voy a decir que no, al principio tenía mis dudas, pero por dentro me emocionaba mucho el poder estar tan cerca de los animales. 

Al fin lo decidí, llegó mi primer día de universidad, estaba nerviosa pero muy emocionada al mismo tiempo, era un capítulo totalmente nuevo, y yo tenía el control de cómo vivirlo, así que trate de disfrutarlo al máximo, hasta las materias más enfadosas. 

Tuve la oportunidad de trabajar en un acuario, fue ahí donde confirmé mi amor y conexión con los animales, cuando el simple hecho de ver a los peces del tiburonario felices y en armonía con su entorno, me transmitía paz y tranquilidad. 

A lo largo del camino he tenido muchos maestros que me alientan a seguir con esta hermosa profesión, que me explican la importancia y cuidados no solo de las especies, también de sus ecosistemas para que estos puedan funcionar en perfecta armonía, sin alterar ningún elemento. 

El poder ver nacer a una nutria, a un tiburón cazando, a los cocodrilos acechando, son cosas que sin duda dejan un aprendizaje significativo en tu vida.

Desde que tengo memoria, mi mamá me llevaba al zoológico, y recuerdo muy bien que desde pequeña he crecido viendo a Ashanti y Kenia, las dos elefantas más hermosas del mundo, son pequeños hechos que en lo personal me emocionan y me hacen analizar la longevidad de un animal como lo es el elefante. 

Me he quedado mirando detenidamente los hábitos de muchas más especies, siempre sin quedarme con dudas, ya que si veo a algún experto, me gusta mucho preguntar todo lo que se me venga a la mente, es así que he aprendido y despertado mi curiosidad hacia la veterinaria.

Gracias a todos estos acontecimientos vividos, pude darme cuenta de la importancia que tiene el cuidado de las especies en peligro de extinción, ¿sabías que si una especie desaparece, altera todo el ecosistema en donde vive? ¡Sí! Porque una sola especie sea predador o depredador, mantiene un equilibrio en su entorno, por poner un ejemplo, un tiburón puede mantener estable un ecosistema marino, controlando la sobrepoblación de las especies que ahí habitan. 

Otro punto muy importante que aprendemos, es la importancia de dejar a todo ser vivo libre y en su hábitat, al nosotros extraerlos del mismo, cambiamos totalmente su estilo de vida.

Tenemos que ser sumamente profesionales y expertos para tomar la decisión de salvar un animal, ya que si no sabemos cómo manejarlos, estos aprenden hábitos diferentes que podrían afectar su comportamiento, por ejemplo, tomamos una zarigüeya que encontramos herida en la carretera, decidimos rehabilitarla para después liberarla en la periferia donde la encontramos, pero, ¿realmente sabemos qué hacer? Lo mejor es asesorarse con expertos, ya que si no sabemos criar al animal, este puede generar dependencia al ser humano, dejará de lado sus hábitos por la comodidad que tiene al ser criado bajo nuestras manos, el animal no sabrá cazar ni defenderse de sus depredadores naturales.

Analicemos la importancia de saber sobre el cuidado de los animales antes de tomar cualquier decisión que pueda ponerlos en riesgo, esto ayudará a su natural conservación y cuidado…

Al principio aunque decía que no podría ver a un animal sufrir, he aprendido que nuestra labor principal lejos de cuidarlos es darles CALIDAD de vida, a todo ser vivo, sea un tigre o sea una araña, todos tienen el mismo derecho.

Gracias a la Medicina Veterinaria, supe el valor que tiene la fauna silvestre, entendí que mis sueños de niña de tener animales exóticos de mascota no eran más que eso, sueños, porque todo animal merece estar en un entorno adecuado, lejos de carencias o torturas.

Gracias a la Medicina Veterinaria, supe que “SIEMPRE COMO HERMANOS, ESTE MUNDO HABITAR, TODOS JUNTOS POR IGUAL”.

-Mon Barragán

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